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ID:	6575570Rafael Van der Vaart se ha convertido en el primer fichaje del Betis, la primera aportación de Eduardo Macià al nuevo proyecto bético.

Una incorporación ilusionante y mediática de un jugador de una enorme calidad futbolística, pero que también genera algunas dudas sobre el momento de su carrera en el que aterriza en Heliópolis. Sólo el tiempo dirá si su llegada fue o no un acierto.

Poco se puede descubrir a estas alturas de un jugador como Van der Vaart. La calidad de su pierna izquierda está fuera de toda duda y eso, en una plantilla verdiblanca aún con deficiencias técnicas para Primera, siempre ayuda. Visión de juego, pases entre líneas, goles con su golpeo de balón... esas son algunas de las cualidades del holandés. Otra muy interesante, sus lanzamientos a balón parado.

La estrategia no es una suerte de la que haya sacado demasiado rédito el Betis de los últimos tiempos. En esos lanzamientos, Van der Vaart es un auténtico maestro y podría convertirse en el especialista verdiblanco. Gran parte del éxito de esas jugadas tiene que ver con el lanzador, más allá de los rematadores o del trabajo de estrategia. Varela y Pacheco -aún no se sabe si seguirán en el equipo- podrían tener relevo en el holandés.

Dos cuestiones más interesantes de Van der Vaart. Una es su carácter y experiencia, cualidades fundamentales en el fútbol y de las que no anda especialmente sobrado el Betis que sube. El bagaje de un jugador tan curtido en el fútbol siempre es positivo para momentos de presión. Esa capacidad de liderazgo debe ser otro de los aportes de esta primera incorporación.

La otra cuestión es el valor mediático de un futbolista de la talla del centrocampista. Hasta el propio Eduardo Macià reconocía en la presentación del jugador esa circunstancia. Es indudable la ilusión que genera el fichaje, pero también, como argumentaba el propio director deportivo, puede suponer un efecto llamada para otros jugadores que el club pretende traer.

Claro que todo no son claros y el fichaje de Van der Vaart también ofrece dudas razonables. Primero porque no parece que el ex del Hamburgo aterrice en el Betis en el mejor momento de su carrera futbolística. También su posición dentro del equipo probablemente no sea la que mayor necesidad de refuerzos tenga, ya que existen otras urgencias alarmantes.

Lo de la edad no es significativo. Hay muchos ejemplos de futbolistas con 32 años que rinden al máximo nivel. Sin ir más lejos en el propio Betis, Jorge Molina tiene 33 y Rubén Castro hará en unos días 34. La aportación de estos dos delanteros míticos ha sido imprescindible esta temporada para el ascenso y nada tuvo que ver la edad. Todo lo contrario.

Sin embargo en el caso de Van der Vaart las dudas aparecen por el momento de su carrera. El holandés ya ha pasado por clubes del nivel del Real Madrid, Ajax, Hamburgo o Tottenham. El peligro no es la edad, sino saber si el futbolista viene ya o no de vuelta. Tendrá que despejar esa incógnita y demostrar que todavía le queda hambre por triunfar y hacerlo en el Betis.

Dijo Serra Ferrer en alguna ocasión en su primera etapa en Heliópolis que a los futbolistas se le deben firmar cuando aún están en la fase ascendente de su carrera. El ejemplo de Joan Verdú, con menos calidad que el holandés, revolotea en el ambiente. Los que han visto a Van der Vaart en el Hamburgo esta temporada señalan que no atraviesa su mejor momento de forma. Algo que, eso sí, no es definitivo para un nuevo curso en un club distinto.

La otra gran duda con este fichaje es la necesidad. Van der Vaart no refuerza una posición prioritaria en el campo. Se intuye más perentorio la llegada de centrales, laterales, mediocentros -defensivo y ofensivo- y hasta algún delantero. No parece que sea tan urgente la incorporación de mediapuntas, dado que Portillo y Dani Ceballos pueden ocupar en esa zona. Por su físico cuesta pensar que Van der Vaart juegue como mediocentro.

En cualquier caso esto no son más que análisis previos y suposiciones. Queda en la mano del propio futbolista triunfar en el Betis. La cercanía a su casa familiar de Chiclana o ganarse un puesto en la selección holandesa de cara a la Eurocopa pueden ser motivaciones extras. Un futbolista de una calidad tremenda, que genera ilusión y dudas al mismo tiempo, y del que Pepe Mel también tendrá mucho que decir para exprimir su máximo nivel.