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ID:	6575481Ni siquiera con la temporada resuelta a falta de dos jornadas y el ascenso en el bolsillo el Betis deja de vivir líos. El epílogo de la temporada verdiblanca fue una contundente derrota frente al Sporting de Gijón que, unida al empate del Girona ante el Lugo, supuso el ascenso de los asturianos. Curioso que en el Benito Villamarín se celebraran dos ascensos en apenas dos semanas.

El partido del Betis fue horrible. Si acaso mantuvo cierto pulso en la primera parte, con llegadas béticas también al área rival. Sin embargo, el Sporting fue superior durante los noventa minutos y en la segunda mitad se acentuó la diferencia. Los de Pepe Mel jugaron sin intensidad, pero eso no significa que se dejaran perder. Una pequeña gran diferencia.

Tan antiguo como el fútbol es que el equipo que se juega algo suele imponerse en la mayoría de los casos al que no. Eso sucedió en el último partido de la temporada donde la lógica motivación el Sporting de Gijón fue infinita a la de un Betis en chanclas desde que consiguiera hace dos semanas el objetivo del ascenso. Eso sin olvidar la calidad de los de Abelardo, patente durante toda la campaña.

Se puede entender el enfado en caliente desde Girona por haber tenido tan cerca el ascenso. Sin embargo, cada palo debe aguantar su vela y luchar por sus propios intereses en 42 jornadas. No es coherente quejarse de la falta de competitividad del Betis y a la vez hacerlo de que el Lugo sí compitiera en su partido. En cualquier caso no era la guerra de los heliopolitanos.

Es verdad que la forma de desarrollarse de la jornada -esperpento al margen de cómo se jugaron los últimos 40 segundos en Montilivi- pone otra vez en el foco a los verdiblancos. Sin embargo, el propio Betis sufrió en sus carnes situaciones parecidas como en 2009 con las últimas victorias de Osasuna frente al Real Madrid y Barcelona, o al año siguiente el extraño gol de Descarga en propia meta que dio el ascenso al Hércules y dejó al equipo en Segunda.

Lo que realmente es criticable al Betis es la falta de competitividad para sí mismo y para con su afición. La exigencia y la importancia del escudo y la institución obliga a que el equipo salga en cada partido a ganar y dar el máximo. Los dos últimos partidos, con los deberes ya hecho, suponen un parcial de 5-0 en contra ante el Tenerife y Sporting que afean una temporada en cualquier caso con final feliz y nota altísima.

El análisis del último partido del Betis en sí deja pocas noticias positivas. Dani Giménez, igual que una semana antes en Canarias, fue el mejor verdiblanco. El portero realizó paradas de mérito y confirmó sus prestaciones. También fue destacada la actuación de Caro, quien hace pensar que tal vez mereció alguna oportunidad más durante el año.

El resto muy poquito. Algún detalle de Rubén Castro, que bien pudo rizar el rizo y marcar un gol mejor aún de sus muchos excelentes esta temporada, con un lanzamiento desde mediocampo. Alguna subida de Piccini y, especialmente, los minutos testimoniales de Álex Martínez tras recuperarse de su larga lesión. Lo demás, mejor pasar página.

El final de curso no debe hacer perder la perspectiva de la temporada. El nivel del Betis en los dos últimos partidos y las acusaciones desde Girona son muy secundarias. Lo realmente importante y único es que los verdiblancos ascendieron a Primera. Además lo hicieron en una temporada convulsa y con dos jornadas de antelación. La batalla del Betis debe estar desde hace semanas en la planificación del próximo año.