Un triunfo que demostrase que, tras demasiados bandazos, el equipo por fin había encontrado el camino de vuelta a Primera y que, sobre todo, estaba con fuerzas para recorrerlo con garantías. Y todo eso lo consiguieron los verdiblancos en El Molinón.
Porque allí, los pupilos de Pepe Mel supieron cómo derrotar a todo un señor equipo como el Sporting, que pagó caro en la segunda parte el no haber sentenciado la contienda antes del descanso.
No en vano, al gol de Muñiz se pudieron sumar otros dos a poco que el poste no hubiese ejercido como el mejor central heliopolitano, dándole vida a un conjunto que en la segunda mitad supo aprovechar a la perfección el cansancio de su rival y su innegable pegada para remontar y hacerse con tres puntos de oro.
Horas después, curiosidades de la vida, dos exbéticos como Sergio León y Querol actuaron de verdugos para el Valladolid en su visita al Llagostera, permitiendo que la escuadra de las trece barras acabe la primera vuelta del campeonato en ascenso directo, segunda y a sólo tres puntos de un liderato que ya mira de reojo.
Aunque, más allá de los números, lo principal son las buenas sensaciones que desprenden los verdiblancos.
De hecho, por fin parece que el equipo sabe a lo que juega, intentando ser protagonista a base de toque y control de la posesión.
Además, aunque Rubén Castro sigue siendo clave, su puntería ha dejado de ser el único activo heliopolitano en ataque, hasta el punto de que ya se ha aprendido a ganar sin sus goles. Por no hablar de una defensa donde Bruno crece a pasos agigantados, al lado de un Figueras que ha destapado su mejor versión, haciendo que la retaguardia gane enteros partido a partido.
Y a todo eso hay que sumar la regularidad que por fin ha encontrado la escuadra de las trece barras, que tras siete partidos sin perder (seis victorias y un empate) ya disfruta de la tranquilidad y los puntos que necesitaba para afrontar el futuro con optimismo, apoyada en una afición que tras un 2014 lleno de pesadillas está como loca con volver a soñar con tiempos mejores, algo que sólo se podrá conseguir si las cosas se continúan haciendo como hasta ahora.
Así pues, quedan por delante 21 ‘finales’ que serán tan exigentes o más que las que ya se han disputado. Pero, a diferencia de lo que ha pasado en gran parte de la primera vuelta, ahora el Betis sí ofrece garantías de poder afrontarlas con serias opciones de éxito.
Porque aunque todavía resta un mundo hasta que la competición dicte sentencia, ahora sí que se puede pensar en que el ascenso está al alcance de un conjunto verdiblanco que tras mucho tiempo perdido parece estar de vuelta.
Sólo queda mantener el rumbo fijo y que, pese a los sobresaltos que aún han de venir, jamás se olviden esas ganas de seguir corriendo más que el rival.
J. Julián Fernández