El delantero canario en la jugada de uno de sus goles al MirandésEl Betis volvió a repetir frente al Mirandés las señas de identidad que viene ofreciendo durante toda la temporada.

Un equipo al que le sigue costando un mundo dominar los partidos y que ofrece aún muchas dudas, pero que tiene un futbolista superlativo como Rubén Castro capaz de arreglar a base de goles cualquier carencia. Dos nuevos tantos del canario y tres puntos para los de Velázquez.

La 'castrodepencia' verdiblanca es cada vez más acusada. Siete dianas en seis partidos, tantos que suponen el 75% de los puntos, o la participación -ya sea como asistente o como goleador- en todos los goles béticos de esta temporada en Liga, salvo el segundo en Girona. Incontestable la ascendencia de un Rubén Castro que, ante el Mirandés, exhibió otra vez sus mejores cualidades. Desmarque y definición.

El rendimiento del 24 contrastó una vez más con el poco fútbol ofrecido por el colectivo bético.

La gran diferencia entre el Betis y el Mirandés es que Rubén Castro viste de verdiblanco. Por lo demás, los visitantes dieron incluso muestras de un juego más elaborado que los locales. Eso sí, la pegada de uno y otro nada tiene que ver y por eso ganaron los heliopolitanos.

Cierto es que lo que realmente importa esta temporada para el Betis es ascender y eso se consigue a base de puntos, de triunfos como el logrado ante el Mirandés.

Sin embargo pasan las jornadas y ni siquiera la tranquilidad de las dos últimas victorias dan pistas del crecimiento futbolístico del equipo. Los de Velázquez no dieron sensaciones de equipo poderoso frente a un rival llamado a luchar por la permanencia.

Sólo con Rubén Castro será complicado que el Betis suba. Se necesita más. Cualquier contratiempo con el canario, ya sea un mínimo resfriado, y el nivel de los rivales que vendrán obliga a que el equipo eleve su rendimiento.

Sin ir más lejos Valladolid y Las Palmas, rivales que a priori lucharán también por el ascenso, aparecen en el horizonte cercano. Equipos menos inocentes que el Mirandés.

Se sigue hablando mucho de la defensa del Betis, pero contra el Mirandés volvió a aparecer un problema aún más grave como es el del mediocampo.

Llama poderosamente la atención la incapacidad para generar fútbol y de trenzar jugadas. Ya sea con más o menos profundidad, el Betis debe gobernar los encuentros y eso no lo ha hecho nunca en las seis primeras jornadas.

Si en ocasiones anteriores no funcionaron trivotes y las mezclas en las que aparecían Lolo Reyes y Xavi Torres, tampoco lo hizo la dupla N´diaye - Matilla en esta ocasión. Tal vez sea una carencia de la plantilla, aún mayor que la de los centrales, la de un organizador con jerarquía, que marque el 'tempo' de partido. Un problema de no tener ese futbolista específico, pero también de disposición táctica.

No brilló el doble pivote, como tampoco las bandas. Si acaso algún detalle de Kadir y Pacheco el rato que salió. Álvaro Cejudo ha bajado su nivel en las últimas jornadas y eso también es una mala noticia para el Betis, ya que está llamado a ser uno de los jugadores determinantes.

Ante el Mirandés, todo quedó fiado a la pelea de Rennella y a que Rubén Castro volviera a solucionar como lo hizo.

Atrás si es de justicia destacar el buen partido que firmó Perquis. Si en otros encuentros fue criticado con toda justicia el central polaco por sus desaplicaciones y guerras personales contra rivales, en esta ocasión protagonizó su mejor actuación de esta temporada. Cierto es que tampoco el Mirandés cuenta en sus filas con delanteros que le pusieran en demasiados apuros.

En cualquier caso tiene trabajo pendiente Julio Velázquez para mejorar el rendimiento de un Betis que vive las dos últimas semanas más tranquilo gracias a la extraordinaria puntería de Rubén Castro.

Urge que aparezca el sello de entrenador. Los próximos rivales lo exigirán y le vendrían bien aliados al delantero, especialmente con un equipo que genere juego y mande.

Javier Carbonero