Imagen del partido entre Real Betis y VillarrealNo quedará para el recuerdo el partido frente al Villarreal por su fútbol. Sin embargo el Betis cumplió con la principal premisa que tenía que no era otra que la de ganar.

Después de la derrota del jueves frente al Athletic y de sumar 5 puntos en 6 jornadas, el triunfo era vital para que el equipo respirara y no surgieran dudas clasificatorias.

Es verdad que el Betis no fue vistoso y careció de la brillantez de otras ocasiones. Sin embargo lo urgente era sumar los tres puntos frente a un rival que llegaba al Villamarín sin conocer la derrota en las seis primeras jornadas de Liga y como cuarto clasificado por detrás de Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid.

La competitividad fue la gran virtud de los verdiblancos en el duelo ante los de Marcelino. Una virtud que, añorada en otros partidos en los que el Betis practicó un fútbol más fluido, fue en esta ocasión la gran aliada. Sin ir más lejos el primer año de Mel en Primera los béticos perdían partidos por detalles cuando en muchos de ellos jugaba mejor que el rival.

Competitividad y defensa. El Betis se manejó como un equipo rocoso atrás, bien formado siempre y al que al Villarreal le costó crear demasiadas ocasiones, ni siquiera cuando le tocaba remontar el 1-0.

Además del funcionamiento colectivo, en esa tarea defensiva fueron claves nombres como los de Lolo Reyes, cada vez mejor, Nosa y la línea de atrás formada por Chica, Paulao, Amaya y Dídac.
Todos rindieron a buen nivel, pero especialmente fue fundamental el buen hacer de Guillermo Sara. El argentino, como en Bilbao, volvió a ser el mejor verdiblanco del partido y firmó paradas claves para el triunfo. Atrás va quedando el debate sobre la portería y quién debe ser el inquilino de la meta heliopolitana.

Lo del trabajo defensivo viene siendo una de las señas de este Betis esta temporada. En tres de los últimos cuatro partidos oficiales -Villarreal, Granada y Olympique de Lyon- los de Mel dejaron su portería a cero. Racha sólo interrumpida con los dos tantos del Athletic de Bilbao.

Otra cuestión fue el fútbol ante el Villarreal. Sin demasiadas ocasiones de gol y sólo a tirones, al Betis le faltó desborde arriba. Ninguno de los centrocampistas creativos tuvo su noche y Molina se convirtió a ratos en una isla a la que no le llegaron demasiados balones. También a Vadillo le costó superar a su par.

Verdú erró más pases finales de lo que su calidad presupone y tuvo poca maldad en sus remates. A Matilla le duró poco la gasolina y Nosa, además de su sacrificio defensivo, destacó más por sus llegadas como la del gol que por su construcción de juego.

El caso es que por rendimiento individual o por el colectivo, el Betis no brilló por su juego y eso debe mejorarlo el equipo de Mel de cara al futuro. Sí supo tirar de competitividad y de su trabajo defensivo que sirven para sumar tres valiosos puntos y demostrar también que el equipo puede ganar cuando está más espeso.

Javier Carbonero