El jugador del Real Betis, Jorge Molina, en una jugada del partido contra el Granada C.F.Incómodo estuvo el Betis en su partido frente al Granada. Ya fuera por el calor, por el entramado defensivo del rival o por el estado del césped que complica el estilo de fútbol que propone Mel.

El caso es que los verdiblancos firmaron un partido en el que casi nunca terminaron de dominar, aunque es cierto que las ocasiones más claras llegaron para los helipolitanos. Casi todas en el tramo final.

No se puede decir que al equipo le pesara la cita europea del jueves, ya que sólo Vadillo repitió en el once inicial. Curiosamente la alineación ante el Granada fue la misma que la que había salido frente al Valencia siete días antes y que tan buen resultado dio en aquella ocasión. Esta vez fue distinto. El Betis no tuvo la chispa ni las ocasiones que dispuso ante los levantinos.

Lleva razón Pepe Mel sobre el césped del Villamarín. Un terreno de juego que impide al Betis practicar su reconocible estilo de rasear el balón y combinar la pelota. En un campo donde es complicado practicar ese fútbol en estos momentos, al equipo le costó hilvanar con fluidez fútbol. Es verdad que el Granada también tuvo su parte de culpa con la tela de araña que tejió.

El caso es que ni Salva Sevilla, inspirado partidos atrás y el constructor de juego en los mejores momentos del equipo esta temporada, fue el de citas anteriores. El almeriense no apareció lo que el equipo le necesitaba y por eso en la primera parte apenas se recuerdan ocasiones de gol béticas. Si acaso un remate alto de Molina o un disparo de Paulao.

Sí se mostraron más activas las bandas. Juanfrán, derroche físico durante todo el partido, y Vadillo lo intentaron una y otra vez. No siempre con éxito pero fueron insistentes.

En partidos como el del Granada en los que al equipo le cuesta generar fútbol y ocasiones se echa de menos a Rubén Castro y su facilidad para solucionar momentos de atasco con media ocasión.

Es verdad que, sin que el Granada tenga un ataque especialmente peligroso, el Betis apenas pasó apuros atrás. Chica y Amaya en defensa y Xavi Torres en medio campo firmaron un partido serio e impidieron casi cualquier acercamiento de los de Alcaraz.

Las mejores ocasiones del Betis llegaron con los cambios, especialmente con las aportaciones de Verdú y Cedrick. Menos peligroso resultó Braian Rodríguez. Verdú tuvo en sus dos botas dos ocasiones y en ninguna fue efectivo. Cedrick en su remate de cabeza quizás estuvo algo temeroso y no atinó. Si cualquier de esas hubiera entrado el Betis hubiera resulto un partido incómodo. No lo hizo y el punto por las circunstancias no sabe a demasiado.

F. Javier Carbonero