Esa frase hecha palabra, esa palabra adoptada como hija predilecta de una afición, esa afición que es capaz de revolverse a su propio presente, ese presente que tanto ha costado y que parece una nube.

Ayer hablaba de que el tonto mira el dedo en vez de la luna que le muestran. Hoy sigo pensando lo mismo. Sólo me quiero parar en un hecho singular. ¿Cómo un equipo y su afición salen de un campo de fútbol donde han perdido con la cara de felicidad? Pues simplemente porque ayer el manquepierda lució como debe lucir, no como agarre contra el infortunio, que no luce pero ayuda, sino como muestra de que el Betis, cuando quiere, gana incluso cuando pierde.

Decía Mel que llegamos media hora tarde al partido. Es cierto, también es cierto que casi todos los equipos, o todos, llegan a los partidos con el Barsa con 90 minutos de retraso, cuando el pulga y su cuadrilla de virtuosos currantes del fútbol ya han dado un baño. Nosotros sólo llegamos media hora tarde. Media hora que hizo que el Villamarín hiciese historia, aunque a costa nuestra. Después, cuando nos sacudimos el complejo de inferioridad, el Betis entró en comunión con su grada, espoleado de saberse que o salía goleado defendiendo o era capaz de la machada jugando.

Hasta hace dos días los Vadillo, Campbell, Dorado, Amaya, el propio Chica, Adrián y compañía eran unos donnadies... Y no lo olvidemos, siguen siéndolo, siguen siéndolo porque sólo ha cambiado una cosa, el equipo. Será o no será mérito de Mel, al que le daban palmaditas tras lo de Valencia y le echaban a los leones tras lo de Granada (y lo del Sevilla...), pero algo hay. Qué mundo éste del fútbol.

A lo que iba, que me pierdo. El manquepierda. Si hay días en los que definirlo se puede hacer en imágenes es este domingo 9 de diciembre de 2012. Pocas aficiones son capaces de apreciar la esencia en la derrota. Y no es conformismo, esta vez no, es que cuando se pierde así un partido coges moral como si hubieses ganado dos seguidos (y veníamos de eso).

Y para terminar, empiezo. Betisweb que cumple diez años. El sueño de cuatro locos que han logrado que sea el sueño de miles de béticos. Sólo el agotamiento físico y mental hace que esa B y esa W dejen de producir adornos a los sueños, de señalar en el calendario los partidos no sólo por sus resultados, sino por aquello que inventaron, por aquello que promovieron, por aquello que levantaron. Si algo se puede decir de este año, del décimo de BW, es que fue el año de los tifos. Y me sonrío porque dentro de la peña no se tenía ni idea cuando surgió el primer proyecto... 1000 metros cuadrados. Pero ni puñetera idea.

La Recontracronica