El empate conseguido por el Real Betis en el Reyno de Navarra (para mi será siempre el Sadar) deja sensaciones positivas y , lo que es más importante, despeja
muchas dudas que tenían al beticismo con la mosca detrás de la oreja.

Porque el bético militante, el sufridor de grada o de transistor, incluso de bufanda, no las tenía todas consigo. Este equipo hasta ahora tenía más puntos que
sensaciones y era algo que al personal no gustaba. La sospecha estaba ahí y tirarse al callejón cuando las cosas van mas o menos bien es muy de Heliópolis.

La caída en picado de la pasada temporada tras un inicio fulgurante en liga era una sombra alargada, muy sospechosa y el partido de Pamplona venia astifino, sobre todo tras el anuncio del clarividente Patxi Puñal, aquello de "esta escrito que este partido lo vamos a ganar" era un aviso a navegantes verdiblancos.

Osasuna y su campo siempre han sido plaza complicada, si allí sufren equipos del calibre del Real Madrid y el FC Barcelona, el Real Betis no se iba a ir de rositas, por eso el valor del empate conseguido es doble y dejando sensación de haber podido pillar los tres puntos, de haber podido ganar la partida si se atina un poquito mas con la puntería o con la suerte que otras veces si acompañó y sobre todo: si no puede ganar el partido, lo empata, no lo pierde.

Parece que este Betis ha aprendido a sufrir, a ponerse el mono de trabajo, a ser voluntarioso en la brega, en el cuerpo a cuerpo con el enemigo y cuando eso tienes
que hacerlo en Pamplona tiene mas valor porque es de esos campos que o echas mas ******* o te acaban mordiendo el cuello.

Este equipo forjado por Pepe Mel ya es menos efectista, pero es tremendamente efectivo y comienza a conocer a la perfección sus virtudes, que son muchas y sus defectos que pueden ser mas todavía. Ya parece que nadie se sale del guión, las florituras han ido dejando paso al pragmatismo, al todos a una y así se debe sufrir menos aunque el espectador quizás comience a echar de menos aquella vistosidad de antaño que fue sello de este equipo.

Es lo que hay y el objetivo sigue siendo, a día de hoy, la permanencia en primera división, ir mas allá es pecado y además no parece empresa asequible.

El Betis, tal como demostró en Pamplona, tiene una plantilla aseada, dirigida por un gran entrenador que sabe lo que hace en todo momento.
Ha concedido la titularidad a Adrián, un chaval que transmite seguridad y que ante los "tonteos" de Fabricio y la inoportuna expulsión de Casto, se ha hecho con la titularidad. Justo premio para un chaval que ha echado los dientes en la Ciudad Deportiva, a poco que las cosas le vayan bien, no habrá quien lo quite de la portería.

La pareja Paulao-Perquis tiene buena pinta. No sabía mucho del francopolaco y tras lo dicho por Kowalzcyc me llegaron las primeras sospechas. No jugó ni un minuto con su selección, llegó fresco y en Pamplona cumplió a la perfección junto a un Paulao que sigue siendo imprescindible. Según Mendilibar son dos gigantes...

La pareja de laterales cumplió sin problemas. Alex Martinez, aquel extremo reconvertido en lateral izquierdo por Oli en el filial, parece que es buena apuesta para presente y futuro, pese a los problemas que le dieron Lamah y Alvaro Cejudo.

Los tres jugadores del centro del campo supieron hacer el trabajo encomendado. A Salva Sevilla se le nota la inactividad, la falta de competición, si no juegas lo notas y eso le está pasando al de Berja. Soy de los que todavía tienen dudas sobre si es jugador para primera división, y va a tener que luchar mucho para conseguir una camiseta de titular. Ojalá me equivoque y juegue muchos más partidos pero sabe que Mel no lo tiene entre sus preferidos y así se lo hizo saber. Rubén Perez aguanta mientras el físico le acompaña y Cañas sigue pidiendo a gritos la continuidad, no es iriney pero le echa todo lo que hay que echarle.

Juan Carlos es buen extremo, al menos a mi me lo parece y juega a la verdad. A poquito que le dejan espacios ayuda mucho a los hombres encargados de marcar aunque debe mantener la constancia, tener más continuidad en su juego y no ser tan guadianesco. Los hombres de ataque estuvieron faltos de puntería. No es normal que Molina falle lo que falló, no están acostumbrados en el Real Betis a que perdona en esas situaciones tan claras y Ruben Castro siempre esta, tanto que ayer hizo un golazo que fue anulado de forma rigurosa por el asistente.

En definitiva que no es sólo el punto sacado en un escenario complicado, es un punto que da confianza y más a un grupo que, pese a llegar cuarto en la tabla, estaba generando las primeras dudas.
En este tipo de campos es donde se fraguan los pilares para una buena autoestima que también hace falta. El Betis tiene a estas alturas cuatro puntos más que el año pasado en la octava jornada y ha aprendido a sufrir.

Además el hecho de jugar sin Beñat ya no es sinónimo de perder. La ausencia del vasco parecía un estigma negativo para este equipo y que también parece haber superado.

Por cierto, Nosa Igiebor estaba en la Ciudad Deportiva entrenando ayer por la mañana, nadie le echó de menos. Pese a que Stosic dice que es una gran inversión. A día de hoy no le he visto absolutamente nada elogiable, como diría Sánchez Araujo, no quiero ser malo, vamos a seguir dejando tiempo para ver si se adapta a esto del fútbol español, por ahora está muy lejos.

Y que nadie lo olvide, a día de hoy, el mejor argumento de este equipo se llama José Mel Pérez, está en el banquillo, ya no lleva gafas pero lo ve de maravilla, como nadie.

Juan Bustos