Aunque Nosa ha llegado al Betis con la vitola de ser el fichaje más caro de este verano en clave verdiblanca, de momento, está generando más problemas que soluciones. El primero, el de su integración, que va muchísimo más lenta de lo deseado. Tanto es así que hasta ahora se ha hablado mucho más de él por sus resbalones sobre el césped de Zorrilla, el día de su debut oficial, y su particular modo de vestir que de su rendimiento. De hecho, tan sólo ha aportado una gran actuación en el amistoso frente al Benfica y poco más.

No obstante, aún se espera muchísimo de él. Y no sólo en Heliópolis, sino en su propio país, donde, poco a poco, se va abriendo hueco en la selección nacional. Porque, a sus 21 años, es visto como un importante valor de futuro e, incluso, de presente, puesto que ha sido fundamental en la última eliminatoria que las ‘Águilas’ jugaron en su camino a la Copa de África ante Liberia. Por ello, es previsible que sea citado para la competición continental, que tendrá lugar entre el 19 de enero y el 10 de febrero.

Es decir, que, teniendo en cuenta la previsible concentración previa y en caso de que Nigeria llegue hasta el final, Nosa se perdería prácticamente un mes de competición oficial. O, traducido a partidos, cuatro de Liga (Athletic, Rayo, Atlético y Valladolid) y, si la suerte sonriese en la Copa del Rey, otros tres (vuelta de cuartos y las semifinales completas). Cierto es que, a todo esto, el africano sigue fuera del once inicial y, a priori, lejos de hacerse con una plaza en él, pero, ¿qué pasaría si en los próximos dos meses cambiase la cosa y se hiciese indispensable?

En este sentido, muchos no quieren ni acordarse de lo que sucedió con un compatriota suyo hace doce años. Porque en la 99/00, la baja de Finidi por idéntico motivo inició el declive de aquel equipo que terminó yéndose a Segunda a final de temporada. Es más, Emana, cuyo país, Camerún, casualmente no irá a esa cita continental, se perdió por la misma causa la recta final de la primera vuelta de la 09/10, en la que el Betis no fue capaz de levantar cabeza, algo que le costó la suya a Antonio Tapia.

Al menos, ahora se juega con la ventaja de que Nosa, a diferencia de sus dos anteriores precedentes, aún está aterrizando en el club y enterándose, a duras penas, de cómo va la guerra por estos lares. Y que como relevo en su demarcación están tanto Nono como Salva Sevilla, si es que este último no decide cambiar de aires cuando abra el mercado invernal. Por lo que, a priori, está todo controlado. Aunque el problema podría venir si de aquí a que estrenemos el 2013 cambia el decorado.

Porque como el nigeriano comience a rendir conforme a la inversión que se realizó por él, el club podría encontrarse con unas curvas con las que no contaba. Por eso, quizás lo mejor que pudiese pasar es que todo siguiese como hasta ahora, y que el africano se siguiese aclimatando despacito, sin prisas, pero con muy buena letra. O, incluso, que se cumpla con él lo mismo que ocurrió hace un año con Matilla, al que, por otro lado, Mel dio muchas menos oportunidades de las que ya lleva el ‘20’.

Sea como fuere, lo importante es que, con independencia de lo que ocurra en estos meses, el Betis no se vea perjudicado y que, pese a contar ya con dos preocupantes precedentes en su historial, no le vuelva a dar la razón al refranero, evitando que una tercera catástrofe africana tenga lugar a partir de enero.

J. Julián Fernández