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ID:	6574351Por fin se le va viendo el final a este parón que ha durado demasiado, pero que servirá de preludio para una maratón de partidos oficiales para los de Pepe Mel, hasta cuatro en apenas doce días. Pero antes de que la pelotita eche a rodar de nuevo el lunes, en el Nuevo José Zorrilla de Valladolid, el Betis tiene marcado a fuego una fecha en el calendario. Se trata del 12 de septiembre, cuando el club cumplirá 105 años.

Más de un siglo desde que nació un sueño que comenzó teñido de azul y con el nombre de Sevilla Balompié, cambiando su nomenclatura con el paso del tiempo y vistiéndose de verdiblanco. Una ilusión que, presa para siempre entre trece barras, pasó a los anales del fútbol andaluz muy pronto. No en vano, en Heliópolis llevan a gala que su equipo fue el primero de la región en disputar una final nacional, la de la Copa de 1931; así como también el que estrenó la lista autonómica en Primera, en la 32/33, y el que, en 1935 se erigió como campeón de Liga con un once netamente vasco.

Pero, como en la vida nada es color de rosa, el Betis también ha sabido curtir su historia como los antiguos decían que se aprendía, a base de palos. Los que le llevaron a vagar por los campos de albero de Tercera durante siete años, mientras su afición tiraba de orgullo y fraguaba un lema, el ‘Manquepierda’, que aún hoy sigue siendo su santo y seña. Aquella travesía por el desierto sirvió, además, para establecer un nuevo hito, el de ser el único club capaz de haber ganado el título en las tres categorías nacionales. Porque en La Palmera habita algo diferente, sin comparación posible con nada.

Capaz de pasar de la cima a la sima a la velocidad del rayo, de encadenar éxitos y decepciones sin solución continuidad; apareciendo cuándo nadie lo piensa y no haciéndolo en el momento en el que más se le espera. Ese club que, tras volver a la máxima categoría en 1957, debutó en Europa en 1965 y, poco después, volvió a al ‘infierno’ de la Categoría de Plata. El mismo que en 1977 se convirtió en el ganador de la primera Copa del Rey de la democracia y que al curso siguiente, tras dejar en la cuneta al todopoderoso Milan en la Recopa, terminó firmando un descenso con el que no se contaba.

Una escuadra que en los ochenta no paró de tener altibajos, hasta convertirse en un conjunto ‘ascensor’ al final de la década. La que estuvo a punto de morir en 1992 hasta que llegó su presunto ‘salvador’ para después torturarla. La que puso a Sevilla en el mapa de la Champions en 2005, con la Copa del Rey bajo el brazo, pero que volvió a hundirse poco a poco hasta caer en Segunda e iniciar una regeneración que, afortunadamente, hoy todos disfrutamos.

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ID:	6574352En el camino, miles de nombres escritos con letras de oro, de ese oro verdiblanco imperecedero y que brillará por más que pasen los años. Papa Jones, Andrés Aranda, Adolfo, Areso, Aedo, Lecue, Peral, Unamuno, Saro, Barinaga, Villamarín, Del Sol, Ríos, Portu, Pepín, Ansola, Aragonés, Quino, Esnaola, Cardeñosa, Biosca, Benítez, López, Gordillo, Rogelio, Ortega, Rincón, Álex, Mel, Aquino, Serra Ferrer, Alfonso, Finidi, Jarni, Denilson, Alexis, Casas, Amato, Joaquín, Edu, Oliveira, Assunçao, Emana, Iriney, Rubén Castro, Beñat y tantísimos otros que han ido forjando, paso a paso, esa leyenda que recorre el mundo entero.

Porque no sólo cumple 105 años un equipo, sino una forma de entender la vida, un sentimiento. Ese ‘Musho Betis’ que lo sigue siendo siempre, con independencia de los resultados, capaz de lo mejor y lo peor, tan impredecible como sólo lo pueden ser los genios. Único en su especie y siempre fiel a sí mismo, con millones de historias irrepetibles a su espalda. Y es que el día 12 de septiembre no es una fecha cualquiera, sino en la que dio sus primeros pasos la escuadra de las trece barras.

J. Julián Fernández S.