¡Qué necesitado estaba el Betis de buenas noticias! Si se fijan bien, realmente el Betis no ha hecho nada todavía. Le ha ganado a los dos últimos de la clasificación (Recreativo de Huelva y Granada) y doblegó al Elche más por la calidad individual de algunos de sus futbolistas que por el juego colectivo. Pero todo eso da igual. Lo que importa es que en la clasificación aparecen nueve puntos y hace 32 años que el Betis no comenzaba una temporada ganando sus tres primeros partidos. Y lo que importa aún más es la sensación de felicidad que recorre estos días por la Sevilla verdiblanca. Los béticos están contentos y qué falta les hacía. El 11 de junio de 2005 (2-1 al Osasuna en el Calderón en la final de Copa) comenzó el declive. En estos más de cinco años, los béticos sólo han recibido malas noticias. Pepe Mel ha conseguido que todo cambie. Aire fresco en Heliópolis. ¡Qué gran noticia!

En estos cinco años, los técnicos no se han atrevido con la cantera. Bueno miento. Sólo ha jugado Juande, que después de seis años de promesa ya es hora de que cambie de aires. Y los directivos apenas si han fichado medianías, salvo contadas excepciones. Pero esta vez todo ha cambiado sobre todo en el primer detalle. Los canteranos le están metiendo dinamismo a la plantilla. Sus ganas contagian a los demás y su calidad se está dejando notar. Es su momento y no quieren desaprovecharlo.

Y especialmente lo está consiguiendo Beñat. Este joven futbolista vasco se va a erigir poco a poco en el líder del equipo. Es en estos momentos y salvando las distancias en el Sergio Busquets del Betis. Sabe siempre lo que tiene que hacer, dónde situarse y a quién pasar el balón. (¿Alguien ha dicho alguna vez eso del 'prometedor' Juande?). Y para colmo marca unos golazos de escándalo. Le pega de maravilla y su falta en Elche nos trajo a la memoria al fenomenal Marcos Assunçao. Nadie ha lanzado como él en la época moderna. Era impresionate y decidía partidos con sus faltas. Ahora, Beñat está dispuesto a imitarlo. Su forma de ejecutar en el Martínez Valero así lo recordó. Poca carrera, pierna diestra, potencia, folha seca y a la escuadra. ¡Impresionante! La magia ha llegado a Heliópolis o, mejor dicho, estaba justo en el campo de al lado pero nadie se paró a mirarlo.