Uno de los fines de esos viajes era el de establecer bibliotecas para llevar el libro a sitios en los que sus habitantes no estaban acostumbrados a ellos porque no sabían leer o por no tener acceso a los mismos. A esto hay que sumar la inexistencia de librerías debido al bajo nivel económico de las personas en aquella época. Con lo cual, ni había posibilidad de adquirir un libro ni existía la inquietud por ellos.
Ante esta realidad el Decreto de 7 de agosto de 1931 presentaba la creación de bibliotecas en todas las escuelas comenzando con una subvención de 100.000 pesetas que, tras dos años y medio, ascendió a 1.022.435,33 pesetas que fueron destinadas a la creación, puesta en marcha y gestión de las bibliotecas.
Éstas se instalaban en las escuelas, sin embargo, eran públicas y gratuitas.
Las localidades con menos de 5.000 habitantes y más necesitadas se convertían en prioritarias a la hora de la creación de las bibliotecas.
Para evitar las desigualdades de acceso a las bibliotecas y conseguir que el libro llegara incluso a los lugares más apartados se facilitaron los envíos postales.
Tener la opción de llevarse un libro a casa de manera gratuita era lo que más llamaba la atención a los habitantes. Los niños y niñas que iban a la escuela se llevaban ejemplares a su casa, lo que despertaba la curiosidad de los demás familiares que no habían tenido antes esta posibilidad. Esto provocaba que, posteriormente, los adultos acudieran por su cuenta a la biblioteca.
En cuanto a datos estadísticos a fecha de 31 de diciembre de 1933 se habían:
- Realizado 70 misiones.
- Visitado a 300 pueblos.
- Repartido 350.600 libros.
- Creado 4.636 bibliotecas.
- Contabilizado 467.775 lectores.
- Realizado 2.196.495 lecturas.
Todo ello fue conseguido gracias a un elemento fundamental en toda lucha cultural: la biblioteca. Lo señalado hasta aquí deja constancia de una etapa en la que la formación de las personas así como su crecimiento cultural se convertía en una de sus prioridades. No sólo por la necesidad de ello, sino por los múltiples beneficios que la educación aporta a las personas y a la mejora de la sociedad. Por ello, vuelvo a citar las palabras de Manuel B. Cossío que reflejan de manera muy acertada el sentir de aquella época:
“A España la salvación ha de venirle por la educación”
Fuentes
- Martínez Rus, A. (2001) La política del libro sobre la Segunda República: socialización de la lectura. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Geografía e Historia. Departamento de Historia Contemporánea.
por jose1907
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