Nunca suelo hablar de futbolistas en particular, pero publica hoy Espina en AS “La crisis del Betis, cortada en parte por el empate contra el Málaga, tiene hasta nombre y apellidos: Rubén Castro”, y he pensado en hablar yo también un poco sobre este pedazo de jugador. Espina, con buen criterio, dice que Rubén siempre aporta algo; y yo, con la objetividad con la que valoro a este equipo, digo que aporta mucho.

En un equipo uno no puede ser responsable de un resultado. Yo creo que Rubén Castro es responsable de muchas cosas, pero todas son positivas. Rubén tiene garra, tiene GOL, tiene carácter, tiene capacidad para trabajar al límite. Fijaros si es capaz de jugar en situaciones extremas, que en el partido contra el RCD Mallorca jugó 45 minutos con un esquince, que hay que tener determinación y carácter para jugar en esas condiciones. Corrió la mitad de un partido con el tobillo como una bota, con un dolor tremendo, y esperó y esperó a que llegase su oportunidad para darle los 3 puntos al equipo, que permitía que el Betis encadenara dos victorias consecutivas, ambas gracias a su GOL.

Rubén está entregado a su equipo, corre y se desvive cada segundo del partido. Y cada vez que encara la portería y no marca, sufre, y sufre mucho más que tú y que yo. Es en el buen sentido de la palabra, ambicioso, y siempre quiere hacer gol. ¿Recordáis su cara celebrando el gol al Mallorca? Pues buscadla en Internet, es la cara de la satisfacción, del que cumple con su obligación, la cara del que dice “ahí está, ya lo tenéis”.

Si personalizamos sobre los jugadores, los estamos señalando. En este grupo trabajamos en equipo. Cuando uno marca, marcamos todos, y cuando no entra, no nos entra a ninguno. Eso es lo que diferencia el deporte de equipo del deporte individual, que los éxitos y las “crisis” son compartidos. El fútbol es un deporte en el que intervienen tantas variables, que aislar las consecuencias de los resultados, tanto negativos como positivos, es una labor imposible y además sería injusto.

A mí me gusta Rubén y siempre que está en el campo me da seguridad. Es capaz de crear goles y es un hombre inteligente. Sé que se va a desvivir por marcar, confío muchísimo en él. Sé que la energía que lleva dentro se la va a dejar en el terreno de juego, y que estará ahí hasta que no le quede nada más…y entonces lo seguirá intentando. Siempre está buscando su oportunidad y su momento…bueno, el momento de todos, porque esto es un equipo. Y cuando marca Rubén, marcamos todos y lo celebramos, como volverá a ser otra vez. No centremos la atención en lo que ahora no tenemos, centremos la atención en lo que vamos a recuperar y en lo que si tenemos. La seguridad y la confianza se forman a través de la información que recibimos de los demás y de nosotros mismos. Si nos dedicamos a focalizar la atención en lo que falta, seguirá faltando, ¿por qué? Porque nos metemos en un círculo que se retroalimenta. Hablemos de lo que si TENEMOS: tenemos amor propio, valentía, ganas de luchar, “estar vivos”, corazón, coraje, RUBÉN TIENE MUCHO CORAJE, ilusión, equipo, compañerismo, dedicación, profesionalidad, apoyo entre nosotros, grupo, paciencia, benevolencia, ganas de traernos los tres puntos, y además tenemos más ganas que nadie, tenemos GOL, lo teníamos cuando empezamos, lo tuvimos el año pasado y lo tenemos ahora.

Cuando nos centramos en lo negativo y en las carencias, perdemos la perspectiva. No sirve de nada ser pesimista, porque tampoco funcionará. Potenciemos lo que tenemos positivo, trabajemos para seguir creciendo, centrémonos en lo que dominamos y en aquello en lo que podemos intervenir de forma directa…y los resultados llegarán. Sigamos trabajando en esta línea, con sentido común, sensatez y la fuerza de nuestro grupo, de nuestro grandísimo grupo.

Agradezco a Espina que escriba que el Betis “casi nunca dejó de dar buenas sensaciones (también algunas malas) a pesar de las seis derrotas seguidas”. Que así sea.

By Patricia Ramírez