PYGAMALION, GALATEA Y LA AFICIÓN BÉTICA

El efecto Pigmalión

Pigmalión fue rey de Chipre. Pasó toda su vida buscando a la mujer perfecta para casarse con ella. Por más que buscó, no la encontró. Así que con su frustración a cuestas, dedicó el resto de su vida a la creación de esculturas preciosas sobre su ideal de mujer. De una escultura resultó una mujer bellísima y se enamoró de ella. La llamó Galatea. Tan grande fue su amor, que pidió a los Dioses que la transformaran en una mujer de carne y hueso. Se casó con ella y fueron felices.

A lo largo de los años, maestros, pedagogos, filósofos y psicólogos, han estudiado el fenómeno de Pigmalión. El fenómeno de Pigmalión habla sobre las “PROFECÍAS AUTOCUMPLIDAS”. Y Ustedes se preguntarán, ¿y qué significan estas palabrejas? Pues muy sencillo, hacen referencia a las expectativas que ponemos en los demás, que condicionan nuestra forma de actuar hacia ellos. Lo que esperamos de los demás, tanto positivo como negativo, hace que nos comportemos de una manera u otra. Si creemos que nuestros hijos se van a esforzar y serán buenos estudiantes, lo que les digamos, los mensajes que les demos, irán en esa dirección. Por ejemplo: “Cariño, lo conseguirás, estás preparado, sé que puedes hacerlo. Sigue intentándolo, estás en el camino.” Y cuando fallen o las cosas no salgan como esperan, seguiréis dándoles aliento e intentando sacar lo mejor de ellos. Porque tenéis puestos en ellos unas expectativas positivas, porque tenéis claro que lo van a lograr.

Esto es el efecto Pigmalión. Cuando comunicamos a través de nuestro aliento, gritos, aplausos y ánimo, lo que esperamos de los jugadores, termina condicionando su comportamiento, tanto positivo como negativo. Si espero algo bueno, si tengo fe, si les motivo guiándoles hacia el éxito, contribuiremos a la seguridad y confianza de nuestro equipo. Si transmitimos esperanza, obtendremos esperanza. Necesitamos vuestra fuerza, sin ella no somos nada. Si animamos, apoyamos y reforzamos a nuestro equipo, influimos de forma positiva en los resultados. Los resultados del equipo son también los vuestros.

Vosotros, LOS BÉTICOS, sois los Pigmaliones del BETIS. Recordad que sois una parte importantísima de este club, sois el alma, la historia y el motivo por el que la grada se siente viva. Vuestro rugir empuja, tenemos que generar sinergia. Somos una máquina perfecta, la fuerza de un corazón que late a golpe de emociones, SIÉNTELO. Estamos vivos, sentid nuestro momento. Entre todos estamos construyendo día a día un proyecto optimista y ambicioso. No olvidéis: si naveguemos todos en la misma dirección, alcanzaremos antes el puerto. OS NECESITAMOS, HOY, MAÑANA Y SIEMPRE. Fuerza para cada uno de los jugadores, fuerza para el equipo, fuerza para todos. Y HOY AQUÍ, DEJAREMOS NUESTRO ALIENTO, VOSOTROS Y NOSOTROS.
¡Musho Betis!

Patricia Ramírez

Texto públicado en la Revista Balompie número 4