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Cuando se pierde la ilusión, cuando se pierden las ganas de ver ganar a tu equipo, de sentarte frente a la televisión o acudir al Benito Villamarín, cuando las cuerdas vocales se quedan quietas ante un gol de tu equipo…

¿Qué se gana? Yo diría que nada.

Esto ya viene de lejos. Érase una vez un crío de 4 años de vida en los que le enseñaron lo más básico: Hablar, sumar y restar con algunas dificultades y leer con continuas interrupciones. Cada año que ese crío pasaba en el colegio, iba pasando más inadvertido a causa de la desidia de sus padres y de él mismo, que se conformaban con ir tirando y que sus maestros le dijeran que su trabajo era pasable, pero que podía ser mejorado con mucho.

Con cada año que pasaba, todo iba a peor. Llegaba a casa presentado un 5, pero alegando que estaba muy contento por haber aprobado, que es lo que importaba, mientras sus padres asentían sin gran preocupación.

El hijo del vecino hacía sus deberes casi diariamente, no sin errores ni tropiezos, pero con intención y el continuo involucramiento de sus padres, que observaban como los de nuestro crío parecían contentos con las tristes notas de su hijo.

El vecino, como ya he dicho, casi siempre hacía sus deberes. El nuestro los dejaba para última hora.

Cada año menos se le exigía y más se acostumbraba al conformismo dy la vagueza de años anteriores, ante la pasividad de sus padres y el resto de su familia.

Esta historia tan estúpida podría ilustrar lo que es nuestro Betis hoy en día. Equipo pésimo, sin ilusión ni ganas que se arrastra por el campo de fútbol sin un rumbo fijo y un futuro más que incierto.

¿Alguien puede explicarme por qué con una plantilla ”infinitamente” superior a la de otros años estamos igual o peor? Me acuerdo de ese niño que llegaba a casa contento con un suficiente raspado….

Quien sabe…quizá ese niño esté suspendiendo a propósito para que la azaña de aprobar parezca mayor….

PD: Gracias por leerlo. Mil disculpas por llevar tanto tiempo sin escribir.

HaushinKa