Tiene usted mis respetos por ser bético, tiene mis respetos porque ha sido entrenador del Real Betis Balompié, por haber sido el entrenador que nos ha llevado a primera y que nos ha clasificado para la UEFA.
La verdad es que no sé quién gana de verdad con su marcha, con su destitución, si usted que se va de un proyecto que hace aguas y tiene todavía más de media temporada para rehacer su vida profesional o el Betis que necesita de un revulsivo que no encontraba en la persona de su entrenador desde hace muchas jornadas.
Mi deseo es que ganen los dos, que usted se vaya a otros equipos y triunfe y continúe siendo bético y el Betis espabile no sólo en el área técnica, donde tengo que reconocer que se me hará raro no verle gesticular con las manos en alto.
Pero el panorama que se avecina al Betis, al mío y al suyo, al de los béticos, es ciertamente caótico. Quiero pensar que es el buenismo el que nos ha llevado a esta situación, el estirar el chicle de la austeridad pensando que el mejor fichaje estaba en Comunicación del Club. Y eso que desde los últimos fichajes en este área, llevamos ganados menos puntos que los que usted ha ganado esta temporada.
Soy lento en dar impresiones como las de este texto, pero eso me permite leer a gente bética que sabe más que yo, gente bética que conoce algunos aspectos del Betis al milímetro y gente bética que expresa su parecer de mil maneras.
Yo, estimado Pepe, creo que sus números, último con 10 puntos, son números para un cese. Y eso que se dice que se rompe siempre por el eslabón más débil es cierto, le toca al entrenador. Y la decisión de no haberlo hecho antes es incluso paradójica y populista, pues es cierto que le han utilizado, señor Mel, como estilete contra este consejo de administración. Un consejo de administración que no necesita de su persona para sacarle las vergüenzas, pero usted sabe de dónde venimos porque usted surgió como entrenador del Betis de la mano de alguien que venía a machacar al Betis y que curiosamente se pasea por Sevilla estos días.
Al consejo que surgió tras la fuerza de los béticos que hizo lo imposible para devolverle dignidad y más hay que reprocharle muchas cosas, para mí la más grave es que en las situaciones de crisis nos han hecho sentir a los béticos muy vulnerables.
Han comprobado que apoyamos al Betis más allá de lo imaginable, pero necesitamos saber que ellos también lo hacen. Que al bético no le parezca que su club está desnudo desde la cantera hasta el primer equipo. Y esa confianza que los béticos ayudaron a fortalecer tiene muy pocas oportunidades, malgastarlas sabiendo quién está detrás es suicida.
Buena suerte míster... y a Roberto y David.
Juan Carlos Pérez
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Mis respetos Señor Mel
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