Le dije a un nuevo amigo que me leiría el Manifiesto Comunista de Marx y Engels y ayer me lo leí de un tirón, cosa que no tiene mucho mérito. 40 páginas. Menos de una hora, pero reconocer que uno no se ha leído ésto con casi 40 tacos es fuerte.

Valiente inculto, pensará más de uno. Pues sí, pero lo que no entiendo es como no me obligaron de niño en la escuela, ni en el Instituto, ni en la Universidad, ni ningún amigo lector de esos que todo lo han leído y te dicen ésta es mi lista. Ni tan siquiera familiares míos muy cercanos que son historiadores.

Y el problema es que me ha gustado mucho, entendiendo problema en el sentido del adagio del Vaticano que tengo en la parte inferio de mi blog:

"No pienses. Si piensas, no hables. Si piensas y hablas, no escribas. Si piensas y hablas y escribes, no firmes. Si piensas y hablas y escribes y firmas, no te sorprendas."

Que le vamos a hacer. Si pienso y escribo a la vez es lógico que se reían de mi porque saldrán disparates en estos esbozos. Dicho lo cual reconozco que no hubiese gustado tanto si me lo hubiese leído sin varias observaciones previas y esenciales que me marcó la persona que me lo recomendó.

Primero, saber que Carlos, sería un genio pero a la vez un hombre de mundo, que por muy inteligente y culto que fuera, también le gustaba el cachondeo y se acostaba con su criada a la que dejó preñada, razón por la que tuvo que hacerle un quite su mecenas Engels para salvar su reputación.

Las barbas lo delatan como buen picarón...

Centrándonos en lo serio, me avisaron que el Manifiesto, no hay que leerlo con el único objetivo de entender el comunismo, sino con miras amplias, como un breve compendio sobre conocimientos de la economía, de la historia, la filosofía y la política de un momento determinado. Y además, es entretenido, sencillo y a su vez es literatura.

De alguna forma me previno del final, y así desde un principio lo leí advertido de dos premisas que me hicieron ver que no vale para el momento actual ya que hoy en día sí tenemos mucho que perder y ya no hay casi obreros o proletarios.

Con estas advertencias, no pude emocionarme como habrá sido la sensación que tuvieron en su día millones de persona que tras leerlo, imagino que saldrían a las calles como si de una película de cine se tratara, buscando un fúsil para luchar contra el enemigo. Aplicarlo a la realidad actual, como creo que se empeñan algunos trasnochados del falso progresismo (no las personas mayores que tienen su visión de lo que les tocó vivir) me parece que sería ir contra el propio libro y su espíritu de la dialectica, del cambio, de la evolución continuada.


También me comentó esta persona, que si Marx viviera hoy, aparte de admirar a la guayabo comunista de la foto, estudiaría muy a fondo la imagen, la técnica, la revolución de las comunicaciones, la manipulación informativa, la psicología de la publicidad, la llamada sociedad del bienestar, a ese fenómeno de origen militar que es Internet, al ocio consumista, a nuestras leyes y sistemas políticos supuestamente democráticos, a la globalización, y en definitiva a la economía, en una palabra a las multinacionales y al imperio de las grandes empresas del primer mundo. El calentamiento del planeta no se si le preocuparía tanto, la verdad.

El Marx del siglo XXI, analizaría concienzudamente las contradicciones de nuestra sociedad. Y tendría que salir forzosamente de China, como consecuencia inevitable de la filosofía dialéctica. Su gran ejemplo. Como pasar del comunismo al consumismo en tres palabras: trabajar, trabajar y trabajar para consumir, consumir y consumir.

Los chinos son gente práctica y rauda, a la vez que meticulosos y ordenados. Son sabios, limpios, comen sano, hacen ejercicio a la vez que rezan, y seguro que duermen bien. Parece que viven ajenos a las pasiones o las dominan, y ven el trabajo no sólo como un medio sino como un fin. Me lo acabo de inventar y ni he estado en China ni conozco a muchos chinos pero teneis los comentarios para el diálogo.


Creo que los chinos son felices trabajando a diferencia de nosotros que vemos el trabajo como una maldición bíblica y que soñamos con una primitiva para alcanzar esa felicidad.

Puede que por esa razón, en pocos años se han adaptado tan extraordinariamente del comunismo al consumismo y han reinventado el capitalismo más feroz, dejándonos al primer mundo atemorizados. De momento empezamos por el bonito y barato... pero pronto acabarán con las 3 b, y el bueno caerá por su propio peso.

¿Se acabará la competencia?

¿Serán la primera potencia mundial como parece intuirse?

¿Estamos ante una nueva revolución?

He leído que la filosofía china no tiene como objetivo principal el enriquecerse, sino tener buena calidad de vida. El taoísmo y el budismo no son para obtener riquezas, si bien está claro que en la China actual, los que no sean muy religiosos y hayan hecho del oro su religión, deben ser muy poderosos $$$$$$$$$$$$$$$$$$$$.

Para acabar este tocho, y como una imagen vale más de mil palabras, os dejo con un video que me han mandado hoy sobre un nuevo invento que no tiene desperdicio. El tren que nunca se detiene en una estación. Es un ejemplo de lo que vamos a ir viendo en los próximos años.

¿Cómo subir y bajar del tren de alta velocidad sin parar?

http://www.youtube.com/watch?v=pn84drthLYg

No se pierde tiempo. El tren bala se mueve todo el tiempo. Hay 30 estaciones entre Beijing y Guangzhou, así que parar y acelerar de nuevo en cada estación será un desperdicio de energía y tiempo. Con solo una parada de 5 minutos por estación (los pasajeros de edad avanzada no puede ser apresurados) resultará en una pérdida total de 5 min x 30 estaciones o 2,5 horas de tiempo de viaje de tren! Los chinos son lo suficientemente innovadores para llegar a un concepto de tren sin parar. Cuando el tren llega a la estación, no se detendrá ante nada.

El pasajero en una estación se embarca en una forma de conector de cabina antes que el tren llege hasta a la estación. Cuando llegue el tren, no se detendrá ante nada. Sólo se ralentiza a recoger a la cabina del conector que se moverá con el tren sobre el techo del tren. Mientras el tren sigue viajando lejos de la estación, los pasajeros podrán bajar al tren desde la cabina del conector montado en el techo del tren.

Después de descargar completamente todos sus pasajeros, la cabina conector de pasajeros será trasladada a la parte de atrás del tren con que el próximo lote de pasajeros de salida que desea bajarse en la estación siguiente se embarcará en la cabina de conector en la parte trasera del techo del tren.

Cuando el tren llega a la siguiente estación, simplemente dejará toda la cabina conector en propia estación. Lospasajeros de salida puede tomar su tiempo para desembarcar en la estación mientras el tren ya había partido. Al mismo tiempo, el tren recogerá a los pasajeros a la llegada de embarcarse en otra cabina conector en la parte delantera del techo del tren.

Así que el tren siempre llevará un conector de cabina en la parte trasera del techo y recogerá un nuevo conector de cabina en la parte delantera del techo del tren en cada estación.


Conclusión: Al karajo el AVE!!!