El viernes escuché en la radio que el ministro Moratinos pidió a la sociedad civil que asuma su "cuota de responsabilidad". Es decir, el poder hace corresponsable de sus errores a los ciudadanos.

En el libro de Fernando Savater, "Política para Amador" que me leí hace un par de años, me sorprendió el origen de la palabra "Idiota". La palabra viene del griego, idiotés, utilizado para referirse a quien no se metía en política, preocupado tan sólo en lo suyo, incapaz de ofrecer nada a los demás. En esos momentos me identifiqué a mi mismo como idiota y desde entonces pretendo darle remedio.

Los políticos han hecho de su profesión una casta. De esa forma sólo se preocupan de mantenerse en el poder el máximo tiempo posible. Es su modus vivendi. Por si fuera poco, ZP, creo que conscientemente, ha diseñado una campaña de descrédito y derribo hacia el modelo de Estado que nace de nuestra transición, donde todos los españoles cedieron para un entendimiento común, con el fin de superar las heridas. Y con su imprudencia e irresponsabilidad, está consiguiendo cargarse el crédito del ciudadano en las instituciones.

Por tanto la "idiotez" del ministro podría tener algo de sentido si no hubiera salido de su boca. Este ha oído campanas, pero hay que tener mucha desfachatez para pedirles cuentas a sus votantes del incumplimiento de ese contrato social de mandato que llamamos democracia y que legitima a nuestros mandatarios. ¿Mandatarios? Suena bien, verdad.

¿Olvidaste que tú no eres un mandado como te han hecho creer?...

Eres el mandante, es decir, el que manda, y debes mandar en tu pequeña parcela cada día, no cada 4 años. Ya sabemos que los aparatos de los partidos no cuentan contigo. Eres un objetivo militar de sus campañas, un número. Matemáticas, pero piensa que puedes dejar de ser contado y contar. Puedes hasta tener nombre propio. Probablemente no quieras por el esfuerzo adicional que ello supone, lo que es una opción comprensible, pero si es así, al menos no olvides que eres libre para revocar el mandato. Pronto seremos invitados. Que no sea la cena de los idiotas. Recuerda que en esta película de España, tú eres el protagonista.

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