Un equipo humilde, pese a ser campeón de África, que ayer le tocó meterse en el papel de 'todopoderoso', merced a la escasa entidad del rival, algo a lo que los nigerianos no están acostumbrados.
El partido no tuvo demasiada historia desde el punto de vista táctico, ya que Tahití es una selección compuesta casi en su totalidad por jugadores amateurs (desempleados, estudiantes...), lo que propició que observáramos un encuentro más parecido a un entrenamiento que a un enfrentamiento profesional.
Pese a todo eso, los tahitianos realizaron un partido más que digno, teniendo en cuenta las limitaciones propias y la calidad del rival. E incluso anotaron un gol que festejaron como si de un título se tratara.
No es para menos. El día de mañana (si no lo está haciendo ya), Jonathan Tehau podrá presumir de que le hizo un gol al campeón de África.
Nigeria goleó, pero curiosamente no dejó sensaciones demasiado halagüeñas. Por momentos dio la impresión de no emplearse a fondo, y eso en una cita de este calibre no habla demasiado bien del combinado verdiblanco. Además, los mano a mano errados por los nigerianos ante una defensa y portero de verbena, fueron una constante.
Extrañamente, en la retina de los que vieron el partido, quedó una impresión más gratificante de Tahití que de Nigeria, pese a ganar por 5 goles de diferencia. Cosas del fútbol.
José Bonilla