La varita de la suerte tocó al Betis en Vigo. Esa varita que el pasado Domingo frente al Fútbol Club Barcelona ni rozó al equipo verdiblanco. Al final, entre lo que te da y te quita la diosa fortuna te coloca en tu sitio natural.
Y ese sitio hoy por hoy es el quinto puesto que ocupa el conjunto de Pepe Mel. No se le puede restar ni un solo mérito a lo que está consiguiendo el equipo de las trece barras a estas alturas de la temporada.

Ya no es el juego preciosista, de toque y con pocos resultados positivos de la pasada temporada. El Betis ya juega a saber leer los partidos. El de ayer frente al Celta no se caracterizó por ser uno de los partidos a recordar para el aficionado verdiblanco. Imprecisiones y muy pocas llegadas al área contraria, pero este año si, las veces que llega, las materializa. Si a eso le añadimos los aciertos en los cambios de jugadores en el transcurso de los partidos, da una mezcla perfecta para conseguir en la mayoría de las veces los ansiados tres puntos.

No se debe conformar esta plantilla y este cuerpo técnico con la permanencia. La oportunidad es única por la situación clasificatoria y por el buen momento que atraviesa el equipo. Lleva una inercia más que positiva desde la debacle del derby. Y hay que seguir aprovechándola.

Esta plantilla y su entrenador tienen hambre, mucha hambre de poder conseguir logros deportivos mayores a un ascenso y a una permanencia. Hacer las cosas bien tiene su recompensa, y el Betis está recogiendo lo que antes sembró.
La afición centenaria verdiblanca va en consonancia con el equipo. Muchos años de sufrimientos inmerecidos bien deben recompensarse con un buen premio. Esta afición se lo merece.

Es el momento, la temporada. No hay que dejar pasar la oportunidad. Porque oportunidades y momentos como estos pocas veces aparecen.

Y aquel que piense que la varita de la suerte es la que ha tocado al Betis esta temporada es que no sabe de fútbol. La única varita válida es la del trabajo y el esfuerzo diario.

Miguel Díaz. Colaborador de Betisweb