Otra cosa es lo de marcar cinco goles en La Catedral. Allí o en cualquier sitio. Tal efectividad está al alcance de pocos y ha de invitar al optimismo. Al Betis se le ve con las ideas claras, con determinación, sabe cómo hacer daño y promete no estrellarse donde el año pasado muchas ocasiones morían cerca del área, de espaldas y desesperando al graderío. Otro tema es lo de ir ganando 0-3 en media hora, recibir esos mismos tres en otros treinta minutos y, cuando todos anuncian el funeral, llegan Pozuelo y Molina con el champán. Eso sólo se explica en tres palabras: Es el Betis.
José Manuel Jiménez
Periodista de Onda Cero Sevilla