El 24 de enero de 1977 un comando ultraderechista penetró en el despacho de unos abogados laboralistas del sindicato CCOO de la madrileña calle de Atocha, asesinando a 5 personas, e hiriendo de gravedad a otras 4. Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Benavidez Orgaz, Francisco Javier Sauquillo, Serafín Holgado, y Ángel Rodríguez Leal cayeron abatidos por las balas de los agentes fascistas; mientras que Alejandro Ruiz-Huerta, Miguel Sarabia, Luis Ramos Pardo, y Dolores González Ruiz (que perdió el bebé que esperaba), resultaron heridos de gravedad.

Los ultraderechistas, que buscaban en el despacho al dirigente del PCE (todavía ilegal en el país) Joaquín Navarro, se habían organizado en dos grupos. El primero asaltó un despacho del sindicato socialista UGT, que se encontraba vacío, y el segundo atacó el despacho de abogados de CCOO, colocando a los asistentes de cara a la pared con las manos en alto, para después proceder a disparar contra ellos. La policía no tardó en detener a unos sospechosos, que, seguros de contar con el apoyo de cargos políticos tardofranquistas, ni siquiera se afanaron en abandonar Madrid. José Fernández Cerrá, Carlos García Juliá, y Fernando Lerdo de Tejada, fueron arrestados por las fuerzas de seguridad y encarcelados de inmediato; Leocadio Jiménez y Gloria Herguedas fueron detenidos posteriormente por colaborar en el acto terrorista.

Dos años después, Lerdo de Tejada se fugó tras disfrutar de un permiso de salida concedido de manera inexplicable por las autoridades competentes de la época. Aún hoy no se conoce su paradero, a pesar de que en 1997 su delito prescribió. Su compañero García Juliá se fugó tras ser condenado, durante un permiso penitenciario, aunque dió con sus huesos en una cárcel boliviana por narcotráfico. Durante el juicio, en el que los acusados se presentaban vestidos con su uniforme fascista, acompañados de una turba de correligionarios que, también uniformados, pretendieron amilanar al Tribunal, fueron llamados a declarar ínclitos dirigentes ultras como Blas Piñar. Las tretas intimidatorias no sirvieron para nada, y los acusados fueron condenados por asesinato y condenados a largas penas. El primer juicio al fascismo español se saldó con una condena total al ultraderechismo, como ideología, y como organización política.

Atocha significó el final de una terrible semana en ese enero de 1977 salpicada de secuestros, asesinatos terroristas de distinto signo y enfrentamientos políticos que estuvieron a punto de dar al traste con la Transición. La respuesta pacífica del Partido Comunista de España, con su Secretario General Santiago Carrillo a la cabeza, en una impresionante manifestación de duelo que inundó las calles de Madrid de claveles rojos, obligó al gobierno de Suárez a afrontar con inmediatez la legalización del PCE, solicitada por toda la oposición política democrática, y por los países más influyentes de Europa, para que las elecciones que debían celebrarse en junio de ese año, no tuvieran un mínimo atisbo de duda de calidad democrática.

El sacrificio de estas 5 personas merece nuestro sereno homenaje y recuerdo. Su sacrificio nos hizo más libres. Para siempre, compañeros en la libertad, ¡¡presentes!!