Aquí nadie asume el mando ni hay cabeza visible para afrontar responsabilidades. El Betis es como un pollo sin cabeza, corriendo hacia ninguna dirección, desgobernado totalmente, y rodeado de vampiros que le están chupando la sangre y que están provocando que la sangria sea aún mayor, al proteger y servir de parapeto al único y verdadero culpable de todo esto: lopera.
