ARRANCA el centenario del Real Betis Balompie con muy buena pinta, es fino y airoso el logotipo, pegadizo el himno y la comisión que lo maneja llega con muy pocos recursos, pero con muchas ganas de trabajar y con un enorme cariño. Enorme cariño al Betis como motor único de la cosa, lo que no es poco, pero que no estaría de mas que ese grupo de beticos rontundos encontrase mas facilidades de las que esta encontrando. Facilidades y, por supuesto, afecto a la causa centenarial de los futbolistas que permitieron que el Betis fuese lo que es, un verdadero grande en el apartado sentimental, sobre todo en ese capitulo que entiende de los sentimientos.
Deben ir acercándose al carro del centenario todos los que, gol a gol, partido a partido, han ido labrando una historia centenaria. Han de olvidar afrentas miserables los del 77 en primer lugar porque se trata de estar junto al Betis, nada más y nada menos que al lado de lo que iba a permitirles a ellos alcanzar la gloria y, por ende, pasar a la posteridad. Los del 77 y los que no son del 77, los de antes y los de después de esa fecha han de olvidar o aparcar pelillerias y escuchar a esos bienintencionados que tratan de que el centenario merezca la pena para acercarse a él, para ser partes vitales de unos fastos en los que deben primar la calidad sobre la cantidad, la intensidad por encima de un hartazgo de actos sin sentido que se diluirían con el tiempo.
Otra cuestión importante seria la de no caer en provocaciones, en pasar de las zafiedades con el logo o por esa interesada campaña de una cadena televisiva sobre si el himno es plagio o no. El centenario del Betis ha de hacerse para disfrute del betico sin mezclas que emponzoñen un tiempo que se avecina largo y que podría convertirse en insoportable si se abusa de las puyitas de ida y vuelta. Y sobre todo, esas viejas glorias que se sienten maltratadas por el club que se piensen que no es el Betis quien les maltrata. Todo ello, para un centenario feliz.
Deben ir acercándose al carro del centenario todos los que, gol a gol, partido a partido, han ido labrando una historia centenaria. Han de olvidar afrentas miserables los del 77 en primer lugar porque se trata de estar junto al Betis, nada más y nada menos que al lado de lo que iba a permitirles a ellos alcanzar la gloria y, por ende, pasar a la posteridad. Los del 77 y los que no son del 77, los de antes y los de después de esa fecha han de olvidar o aparcar pelillerias y escuchar a esos bienintencionados que tratan de que el centenario merezca la pena para acercarse a él, para ser partes vitales de unos fastos en los que deben primar la calidad sobre la cantidad, la intensidad por encima de un hartazgo de actos sin sentido que se diluirían con el tiempo.
Otra cuestión importante seria la de no caer en provocaciones, en pasar de las zafiedades con el logo o por esa interesada campaña de una cadena televisiva sobre si el himno es plagio o no. El centenario del Betis ha de hacerse para disfrute del betico sin mezclas que emponzoñen un tiempo que se avecina largo y que podría convertirse en insoportable si se abusa de las puyitas de ida y vuelta. Y sobre todo, esas viejas glorias que se sienten maltratadas por el club que se piensen que no es el Betis quien les maltrata. Todo ello, para un centenario feliz.
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