Gracias, Don Manuel, gracias de corazón.
Gracias por habernos dado tanto. Gracias por habernos enseñado el camino. Gracias por el simbolismo. Gracias por haber arrojado tanta luz.
Gracias, Don Manuel, mil veces gracias.
Gracias por trazarnos la ruta. Gracias por unirnos con un objetivo común. Gracias por regalarnos ese poderoso faro. Gracias por esta inspiración.
Gracias, Don Manuel, gracias por siempre.
Gracias por escribir nuestro destino. Gracias por abrir nuestras mentes. Gracias por borrar cualquier atisbo de duda. Gracias por resumirlo todo en un gesto.
Gracias, Don Manuel. De verdad, no me canso de decirle gracias.
Gracias por el busto, Don Manuel.
Verá, le explico. Uno, que tiene un sentido del gusto más tirando a IKEA (bueno, en realidad mi sentido del gusto es el que diga mi mujer que tengo que tener, y ella ya me dijo que tenía que ser tirando a IKEA, La Oca, y demás). Me he perdido…
Ah, sí. Que uno, que tiene un sentido del gusto más tirando a IKEA, como que no se veía en el papel de asaltar el Palacio jabugeño y liberar al Betis con la ocupación del alicatado que allí luce. Como que no le veía yo épica al tema. Si fuera Boris, le diría que tampoco le veía mucho glamour. Pero bueno, tampoco La Bastilla tendría glamour, pero sí épica.
Lo que le decía, que en la visualización del día de la liberación verdiblanca, como que el escenario no era “mu inspirao” que digamos. Y si además la cosa desembocaba en la sala esa que sale en el vídeo de cuando usted dice que salvó al Betis… nada, que no me veía, de verdad que no. Y en el método ese de estanislasky o como se llame, uno se “tié que meté” en el papel. Y la verdad es que el alicatao me echaba “patrás”, Don Manuel, tengo que reconocerlo.
Pero hete aquí que, cumpliendo la leyenda, el busto quebrado fue forjado de nuevo y anduvo… tate, que me he liado… bueno, que el legendario busto va y se mueve solo el tío. Gracias, Don Manuel, gracias.
Le doy las gracias porque es evidente que el busto no hace sino seguir las órdenes de su dueño. Y, cual Anillo Único intimamente ligado a Saurón, su forjador y dueño… anda, que desvarío otra vez… leñe, que el busto se fue al palco a echar el rato. Eso es lo que quería decir.
Gracias, Don Manuel, gracias.
¿Y ese detalle glorioso? ¿Fue del busto por sí solo? ¿Mismamente suyo? ¿Estaba escrito que así fuera? ¿Fueron los hados?
¿Qué a qué detalle me refiero?
Don Manuel, no me diga que no lo recuerda. Si fue memorable.
El detalle de la bandera del centenario bajo el busto, Don Manuel. Glorioso. Épico.
El busto de Don Manuel Ruiz de Lopera, símbolo de Jabugo, sobre la bandera del centenario del Real Betis Balompié a modo de mantel, símbolo de 100 años de beticismo.
Vamos, ni el mejor guionista se le ocurre una “afoto” de tal simbolismo, de tal impacto, de tanto mensaje, tan rica en matices.
Una imagen para el recuerdo, para el simbolismo, para la leyenda, para el mito.
Una imagen de vergüenza.
El busto sobre la bandera, Jabugo sobre el Betis, 15 años sobre 100… impresionante, inenarrable, brutal.
Gracias, Don Manuel, gracias de corazón.
Porque ese busto nos inspira, nos ilumina, nos indica el camino.
Ese busto sobre la bandera adquiere una fuerza comparable a La Bastilla, el Palacio de Invierno, la estatua de Lenin, la de Franco, la de Husein. Nada que ver con el alicatado. El busto sobre la bandera es un símbolo épico.
Ha creado usted un símbolo de una extraordinaria fortaleza visual y sentimental, Don Manuel. Aún no es plenamente consciente de ello. Aún no sabe lo que ha hecho.
Tampoco lo sabían los que hicieron el muro de Berlín.
El muro de la vergüenza.
Ha creado usted el busto de la vergüenza.
Y, Don Manuel, ha conseguido que la inmensa mayoría de béticos puedan visualizar en sus mentes un deseo, un anhelo… un objetivo para unirnos a todos (otra vez desvarío con el Anillo, ¿porqué me acordaré del Señor de los Anillos, joé?)… un reto común…
Don Manuel, ha conseguido usted que el símbolo de la libertad del Betis sea echar ese busto de nuestra casa. Ha conseguido usted poner forma e imagen a un camino. Ha conseguido usted que cualquier bético diga para sí: “El día que esa cosa esté fuera de mi casa, mi Betis volverá a ser mi Betis”.
Y lo echaremos, Don Manuel. Echaremos ese busto de nuestra casa. Para que no pise nuestra bandera, para que no humille nuestros 100 años de historia.
A partir de ahí, a mí me importa tres cara…melos si se lo lleva junto al alicatado o es destrozado en mil pedazos y vendido como símbolo de la libertad, como se hizo con el muro de la vergüenza.
Eso sí, si a mí me llegase un trozo, lo tiraría muy lejos.
No vaya a ser que, como el Anillo, me posea del espíritu de la soberbia y la locura…
Gracias, Don Manuel. Ha creado usted un símbolo de la dictadura. Y eso es el primer paso para la libertad.
DISCOBOLO
Gracias por habernos dado tanto. Gracias por habernos enseñado el camino. Gracias por el simbolismo. Gracias por haber arrojado tanta luz.
Gracias, Don Manuel, mil veces gracias.
Gracias por trazarnos la ruta. Gracias por unirnos con un objetivo común. Gracias por regalarnos ese poderoso faro. Gracias por esta inspiración.
Gracias, Don Manuel, gracias por siempre.
Gracias por escribir nuestro destino. Gracias por abrir nuestras mentes. Gracias por borrar cualquier atisbo de duda. Gracias por resumirlo todo en un gesto.
Gracias, Don Manuel. De verdad, no me canso de decirle gracias.
Gracias por el busto, Don Manuel.
Verá, le explico. Uno, que tiene un sentido del gusto más tirando a IKEA (bueno, en realidad mi sentido del gusto es el que diga mi mujer que tengo que tener, y ella ya me dijo que tenía que ser tirando a IKEA, La Oca, y demás). Me he perdido…
Ah, sí. Que uno, que tiene un sentido del gusto más tirando a IKEA, como que no se veía en el papel de asaltar el Palacio jabugeño y liberar al Betis con la ocupación del alicatado que allí luce. Como que no le veía yo épica al tema. Si fuera Boris, le diría que tampoco le veía mucho glamour. Pero bueno, tampoco La Bastilla tendría glamour, pero sí épica.
Lo que le decía, que en la visualización del día de la liberación verdiblanca, como que el escenario no era “mu inspirao” que digamos. Y si además la cosa desembocaba en la sala esa que sale en el vídeo de cuando usted dice que salvó al Betis… nada, que no me veía, de verdad que no. Y en el método ese de estanislasky o como se llame, uno se “tié que meté” en el papel. Y la verdad es que el alicatao me echaba “patrás”, Don Manuel, tengo que reconocerlo.
Pero hete aquí que, cumpliendo la leyenda, el busto quebrado fue forjado de nuevo y anduvo… tate, que me he liado… bueno, que el legendario busto va y se mueve solo el tío. Gracias, Don Manuel, gracias.
Le doy las gracias porque es evidente que el busto no hace sino seguir las órdenes de su dueño. Y, cual Anillo Único intimamente ligado a Saurón, su forjador y dueño… anda, que desvarío otra vez… leñe, que el busto se fue al palco a echar el rato. Eso es lo que quería decir.
Gracias, Don Manuel, gracias.
¿Y ese detalle glorioso? ¿Fue del busto por sí solo? ¿Mismamente suyo? ¿Estaba escrito que así fuera? ¿Fueron los hados?
¿Qué a qué detalle me refiero?
Don Manuel, no me diga que no lo recuerda. Si fue memorable.
El detalle de la bandera del centenario bajo el busto, Don Manuel. Glorioso. Épico.
El busto de Don Manuel Ruiz de Lopera, símbolo de Jabugo, sobre la bandera del centenario del Real Betis Balompié a modo de mantel, símbolo de 100 años de beticismo.
Vamos, ni el mejor guionista se le ocurre una “afoto” de tal simbolismo, de tal impacto, de tanto mensaje, tan rica en matices.
Una imagen para el recuerdo, para el simbolismo, para la leyenda, para el mito.
Una imagen de vergüenza.
El busto sobre la bandera, Jabugo sobre el Betis, 15 años sobre 100… impresionante, inenarrable, brutal.
Gracias, Don Manuel, gracias de corazón.
Porque ese busto nos inspira, nos ilumina, nos indica el camino.
Ese busto sobre la bandera adquiere una fuerza comparable a La Bastilla, el Palacio de Invierno, la estatua de Lenin, la de Franco, la de Husein. Nada que ver con el alicatado. El busto sobre la bandera es un símbolo épico.
Ha creado usted un símbolo de una extraordinaria fortaleza visual y sentimental, Don Manuel. Aún no es plenamente consciente de ello. Aún no sabe lo que ha hecho.
Tampoco lo sabían los que hicieron el muro de Berlín.
El muro de la vergüenza.
Ha creado usted el busto de la vergüenza.
Y, Don Manuel, ha conseguido que la inmensa mayoría de béticos puedan visualizar en sus mentes un deseo, un anhelo… un objetivo para unirnos a todos (otra vez desvarío con el Anillo, ¿porqué me acordaré del Señor de los Anillos, joé?)… un reto común…
Don Manuel, ha conseguido usted que el símbolo de la libertad del Betis sea echar ese busto de nuestra casa. Ha conseguido usted poner forma e imagen a un camino. Ha conseguido usted que cualquier bético diga para sí: “El día que esa cosa esté fuera de mi casa, mi Betis volverá a ser mi Betis”.
Y lo echaremos, Don Manuel. Echaremos ese busto de nuestra casa. Para que no pise nuestra bandera, para que no humille nuestros 100 años de historia.
A partir de ahí, a mí me importa tres cara…melos si se lo lleva junto al alicatado o es destrozado en mil pedazos y vendido como símbolo de la libertad, como se hizo con el muro de la vergüenza.
Eso sí, si a mí me llegase un trozo, lo tiraría muy lejos.
No vaya a ser que, como el Anillo, me posea del espíritu de la soberbia y la locura…
Gracias, Don Manuel. Ha creado usted un símbolo de la dictadura. Y eso es el primer paso para la libertad.
DISCOBOLO