Estoy de acuerdo con usted en que la vida sentimental de ninguna persona debería ser objeto de debate por parte de nadie y ya ni hablar de si se basan en suposiciones como se ha hecho en este foro con Pier.

Con lo que no coincido es con que la mayor libertad para expresar su sexualidad por parte de las jugadoras tenga que ver con la ausencia de patrocinio sino más bien con que es un espacio donde se encuentran más cómodas, posiblemente por estar rodeadas de otras mujeres, y por eso puedan expresarse con más libertad. Un ejemplo de que los patrocinadores no influyen lo tenemos en Megan Rapinoe que salió del armario en 2012 y no solo no perdió sus contratos con Nike o Samsung sino que después ha sido imagen de Loewe o Victoria's Secret. Otro ejemplo de jugadora comprometida es la balón de oro Ada Hegerberg que renunció al mundial de 2019 por las condiciones inferiores, no solo salariales, que tenía la selección femenina de Noruega respecto a la femenina. A pesar de eso Nike le ha firmado un contrato de 1,3 kilos año, unas cifras impensables para el fútbol femenino.

Y sobre lo que insinúa sobre los clubes controlados por musulmanes, porque es lo que insinúa, hay una jugadora española que ha jugado 5 años en el PSG y no ha tenido problemas durante ese tiempo en subir innumerables fotos con su pareja, mujer también, incluso una anunciando, con la correspondiente ecografía, que esperan un hijo juntas. Incluso Cavani, siendo capitán del PSG, ha lucido brazaletes arcoiris contra la homofobia. No digo con eso que los propietarios del PSG no sean homófobos y machistas, que os veo venir, sino que eso no influye en que las jugadoras de su equipo femenino se puedan expresar como deseen o que el masculino apoye causas justas como la lucha contra la homofobia.

Un simple matiz: no insinuo nada. Creo que me expreso con meridiana claridad. Que me centro únicamente en clubes controlados por personas de religión islámica es una interpretación suya que me sorprende, ya que en el fútbol europeo hay mecenas que no profesan dicha religión, pero que sí provienen de lugares del Viejo Continente donde las relaciones entre personas del mismo sexo no solo están proscritas, sino abiertamente perseguidas social, política, económica y administrativamente hablando.

Los ejemplos que pone son meras rayas en el agua a día de hoy. Este asunto sigue siendo un tema absolutamente tabú en el deporte profesional inclusive en nuestro país, uno de los primeros del mundo en aprobar legalmente el reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo (con una gran resistencia social y mediática durante meses quiero recordar). En nuestro deporte profesional este tema no se trata, no existe y no se habla. Una cosa es apoyar una campaña, y otra cosa es que una estrella de una disciplina profesional y muy mediática se atreva a dar el paso, que los hay es evidente, que una inmensa mayoría calla por diversas razones, también.

Pero que putisima mala suerte.

Pero que putisima mala suerte.

Sr. Santiago Pérez no nos deje así, que ahora a ver quién duerme esta noche con los nervios de qué ha pasado.

Olvídense de la crack durante un tiempo.