Así se las gastan los del otro equipo (y allegados, llámese profesores), para intentar inculcar a los niños el sevillismo por narices. Me temo que esto va hacer mucho daño al beticismo en años venideros... porque va a ser muy difícil hacer a nuestros hijos béticos en esta época de Loperas y Del Nidos.
Mi amigo tiene un hijo de cuatro años. Los dos son béticos y abonados. Resulta que hace unos días les avisan que está prevista la visita del Sevilla F.c. al colegio, pero que pueden acudir a clase ese día con la camiseta del equipo que quieran. El hijo de mi amigo acude con su camiseta del Betis y con el consejo de sus padres de que sea respetuoso con los visitantes y con sus compañeros sevillistas. Hoy era la visita, y cuando ha ido a recoger a su hijo, observa que los compañeros de clase de su hijo aparecen con una camiseta roja y blanca, incluso aquellos que habían ido vestidos con la equipación bético. Para su alivio, su hijo aparece sin la camiseta, pero aún así le pregunta el porqué de que todos sus compañeros la lleven, incluso los béticos. Su hijo le responde que su señorita les ha obligado a ponerse las camisetas que les traían, y a animar al Sevilla con gritos de ¡Sevilla! ¡Sevilla!. Esta información la ha contrastado con otros niños, béticos, y al parecer es así como ha actuado esta profesora.
Mi amigo, evidentemente, está muy molesto, no por la visita del Sevilla en sí (que, reconozcámoslo, están haciendo lo que deben), sino porque esta profesora se ha pasado el respeto a los colores del Betis por donde dijimos.
¿Se merece este comportamiento una queja a la dirección del centro educativo?
Mi amigo tiene un hijo de cuatro años. Los dos son béticos y abonados. Resulta que hace unos días les avisan que está prevista la visita del Sevilla F.c. al colegio, pero que pueden acudir a clase ese día con la camiseta del equipo que quieran. El hijo de mi amigo acude con su camiseta del Betis y con el consejo de sus padres de que sea respetuoso con los visitantes y con sus compañeros sevillistas. Hoy era la visita, y cuando ha ido a recoger a su hijo, observa que los compañeros de clase de su hijo aparecen con una camiseta roja y blanca, incluso aquellos que habían ido vestidos con la equipación bético. Para su alivio, su hijo aparece sin la camiseta, pero aún así le pregunta el porqué de que todos sus compañeros la lleven, incluso los béticos. Su hijo le responde que su señorita les ha obligado a ponerse las camisetas que les traían, y a animar al Sevilla con gritos de ¡Sevilla! ¡Sevilla!. Esta información la ha contrastado con otros niños, béticos, y al parecer es así como ha actuado esta profesora.
Mi amigo, evidentemente, está muy molesto, no por la visita del Sevilla en sí (que, reconozcámoslo, están haciendo lo que deben), sino porque esta profesora se ha pasado el respeto a los colores del Betis por donde dijimos.
¿Se merece este comportamiento una queja a la dirección del centro educativo?
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